La obra y La Suite de Jesús Jiménez
La noche del viernes 19 de diciembre, Jesús Jiménez realizó una sesión de Estudio Abierto en La Suite, iniciativa propia para la producción y exhibición de obra. Fue una ocasión especial de reunión de colegas en torno al trabajo de uno en particular, de reconocer obra ya expuesta en muestras diversas (y que además circulan por la red a través de www.jesusjimenez.com), de recordar a través de obras concretas la primera vez que conocí su trabajo y de cómo desde ese inicio ya eran evidentes sus reflexiones en torno al mercado, el dinero, los valores financieros, la globalización, entre otros temas afines.
El espacio finalmente funcionó como lo que planteó para el diario Cambio de Michoacán en entrevista: un espacio de diálogo. Porque “falta una audiencia educada en el área del arte contemporáneo y se carece de un mercado de consumo de esas obras, por lo que quienes se dedican a ello deben buscar los espacios y el público afín con quien entablar el diálogo.”
Este diálogo se estructura como una cuestión literal y no como una metáfora. El diálogo no se establece con la obra (como ya hemos tratado en un artículo anterior) sino entre las personas en torno a las obras. La dificultad de la constitución de una escena de arte contemporáneo en la ciudad de Morelia (y en general en Michoacán) se encuentra permeada por una conversación siempre pendiente sobre las condiciones y situaciones de la producción local y sus posibilidades de circulación. Pero cuidado: este diálogo no puede ser exclusivamente al interior de los círculos de artistas o profesionales de arte (investigadores, académicos, gestores, curadores, críticos, galeristas), sino que a esta conversación han de estar necesariamente invitados los públicos.
Jesús comentó en la nota citada (del miércoles 18 de diciembre): “Tenemos la fortuna de vivir a la sombra de un legado cultural invaluable pero eso no nos ha permitido hacer algo por lo contemporáneo. Las políticas culturales están enfocadas a ese legado y a los artistas también nos ha faltado buscar y crear los espacios para mostrar nuestra obra porque no son las únicas vías el museo o la institución”. Apoyando esta idea, coincidamos en que la tradición no cuenta con una condición peyorativa, pero si la herencia del pasado y la atención que requiere su conservación dificulta las opciones por producir algo propio y nuevo, hay que tomar serias consideraciones de distancia y lectura crítica.
Cierto: los museos y las instituciones no son las únicas vías para la exposición de obra, pero hasta ahora han sido espacios privilegiados para la reunión de las audiencias… pero nada más. El tema de la circulación y el consumo de las obras es otro aparte, y ahí entra la discusión sobre el papel de las iniciativas autónomas frente a las instituciones y la interrogante sobre cuáles son las posibilidades reales de alianzas/oposiciones entre unas y otras.
El Open Studio en La Suite permitió vislumbrar que, a pesar del peso del patrimonio edificado y los “reflectores puestos sobre la tradición”, las trayectorias individuales siguen siendo posibles y que se cuenta con un potencial importante para el desarrollo de puntos de interacción e integración de públicos.
Las obras expuestas no fueron identificadas con fichas técnicas. Por una parte porque algunas de ellas aún se encuentran en proceso, pero también eso motivaba la interlocución con Jesús, el cual se encontraba bien dispuesto a conversar sobre detalles de cada pieza. “¿Cómo se llama? ¿Dónde fue hecha? ¿A qué te refieres con esto?” eran apenas algunas de las muchas preguntas posibles que se fueron respondiendo con el paso de las horas.
Un muro llamó particularmente la atención: sobre la blancura de la superficie, dos círculos concéntricos (uno verde, otro de color más oscuro), y al piso un ramo de flores. No dudé en comentarle a Jesús que la imagen inmediatamente llegó por mis recuerdos: el registro de acción que Gabriel Orozco realizó en la Sala Nacional del Palacio de Bellas Artes en años pasados, y que consistía en dibujar un semi-círculo sobre el muro, trazando las dimensiones del cuerpo a través de los brazos. Una obra híbrida: performance, instalación y registro de acción. Era visible que en la intervención de Jesús la circunferencia había sido producida por la fricción del ramo de flores sobre el muro.
Por ahora me reservo la historia personal que representa el producir, con flores rojas, un círculo cerrado referente a un episodio de desamor y duelo reciente (lo cual ya representa una distancia de las intenciones de Orozco con su acción). Conversamos cómo en sus procesos de trabajo surgen similitudes (y a veces, aparentes citas) con la obra de Gabriel Orozco e incluso el fotógrafo Mauricio Alejo, y reconoció las referencias.
La respuesta que recibí fue que todos tenemos referencias. Los artistas conocen la obra de otros y sucede continuamente la semejanza y la referencia. Pero también suceden las coincidencias por preocupaciones comunes, compartiéndose además los medios de producción como la fotografía, el video, la experimentación con materiales pictóricos e incluso con objetos reciclados. Incluso las formas se comparten: el círculo, por ejemplo, es una figura presente de muchas formas en las artes. Jesús manifestó su predilección por esta forma, y su objetivo radica en hacer muchas cosas con la misma. No inventa nuevos círculos, pero proyecta aplicaciones de esta forma en diversos soportes y con intereses diversos.
Encontramos el círculo en sus Instantes Detonados y en la serie fotográfica Ágora. En sus registros de video lanzando papas a la superficie de un estanque, en las imágenes de su dedo formando ondas en una alberca, en los proyectos de escultura donde modifica la forma de un carrito de supermercado hacia una estructura circular para describir conceptos de los mercados bursátiles.
Habrá que ver lo que venga en La Suite para 2014, a través de las exposiciones colectivas e intervenciones que mencionó a la prensa. Y habrá que estar atentos a cómo se relaciona esta actividad con aquellas que implementan otros sitios de iniciativa propia y gestión autónoma, que los hay en el estado y muy importantes. Dirijamos los reflectores hacia allá.
Publicado en el suplemento cultural Letras de Cambio
Diario Cambio de Michoacán
21 de diciembre 2013
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