Cuerpos de agua y Arte Contemporáneo en México
Hace un par de días, el 22 de octubre, la ciudad de Morelia se inundó. 13 horas de lluvia continua y al menos 80 toneladas de basura se reportaron en dos importantes puntos de liberación de agua en la ciudad. Esto hizo que la zona se declarara en desastre. Aprovecho esta experiencia reciente para traer a la memoria tres proyectos de arte contemporáneo que tratan sobre los cuerpos de agua en México, y los problemas reales y simbólicos en que nos vemos envueltos por no saber qué hacer con nuestro presente y pasado lacustre.
Hace tres años, en 2015, Possesing Nature fue la obra que inauguró la nueva sede oficial del Pabellón de México en la Muestra Internacional de Arte de la edición 56 de la Bienal de Venecia. Fue una colaboración entre los artistas mexicanos Tania Candiani y Luis Felipe Ortega, con la curaduría de la investigadora y académica Karla Jasso.
“Poseyendo a la naturaleza” fue un proyecto que proponía un vínculo real y simbólico entre las atmósferas vitales de México y Venecia, haciendo énfasis en una reflexión sobre la memoria acuática de ambas ciudades anfibias: México fundada sobre un lago desecado y Venecia que acogió el mar Adriático. La preocupación por exponer una pregunta concreta a la Bienal llevó a Candiani, Ortega y Jasso a indagar en la manera de plasmar cuestiones que caracterizan la globalización contemporánea, principalmente la tensión entre memoria social y la mirada hacia el futuro. Materializaron una escultura monumental construida como un sistema hidráulico que evocó, simbólica y figurativamente, al drenaje que fluctúa, fluye, baña y derrama de forma cíclica y atemporal, esta obra es un símbolo de la memoria colectiva, imaginario cultural y recurso de la tecnología global. (1)
En el 2018, el Centro Cultural Clavijero en Morelia y el Muca-Roma en CDMX fueron escenario del proyecto Museo Animista del Lago de Texcoco (MALT), proyecto que examina la historia del Lago de Texcoco a partir de su paulatino despojo.
Al margen del crecimiento urbano, desde la década de los 70 la cuenca del lago se ha convertido en un terreno baldío testigo de complejas disputas políticas, sociales, ecológicas e incluso geológicas. En este contexto, desde el 2015 la investigadora y artista colombiana Adriana Salazar ha recolectado más de 400 objetos entre restos materiales de proyectos fallidos y actos de abandono pertenecientes al suelo lacustre, reunidos en el MALT, así como el universo intangible de la cuenca englobado como Enciclopedia de cosas vivas y muertas.
Este museo abre lugar a otros saberes, temporalidades y prácticas que no han tenido cabida en las historias registradas sobre la cuenca central mexicana. (2)
Finalmente, en 2013 la Galería Altiplano expuso en la Feria mexicana de arte Zona Maco, una instalación de Julieta Aguinaco titulada México-Tenochtitlan, conformada por varias cubetas con agua acomodadas en el piso del espacio de exposición, sugiriendo la silueta de la Ciudad de México. Recupero lo que Laura Monzón, del sitio web El Vigía (3), registró por escrito lo que Julieta Aguinaco contó a la tan comentada crítica Avelina Lésper en un video colgado de Youtube. “Cada cubeta representa una delegación. Se trata del pasado de la ciudad, de cuando era una ciudad lacustre y el Valle de México estaba lleno de agua. Por otro lado, aborda la problemática del agua que ahorita estamos sufriendo y que se va a poner peor, según se sabe. Y bueno, pues el arte es eso, comentar sobre la realidad ¿no?”.
La entrecomillada confrontación entre Aguinaco y Lésper tuvo diversas lecturas. La crítica aprovechó la entrevista para demostrar, mediante una serie de preguntas, su propio punto: que las obras de arte contemporáneo están hechas de palabras y no de hechos, y por lo tanto son un fraude. Aguinaco hizo frente a la entrevista sin confrontación, posicionada en la perspectiva de que un objeto artístico es eso por efecto de la intención del artista.
Hoy esta confrontación de hace 5 años se ha recuperado en las redes, puesto que más allá de las discusiones sobre qué es y qué no es arte, hay que reconocer que la obra de Aguinaco tenía a su favor la razón. En la transición de los meses de octubre y noviembre, la ciudad de México suspenderá el servicio de agua con motivo de reparaciones mayores del sistema de suministro. Como parte de una serie de acciones del gobierno de la ciudad para resolver la inminente crisis de agua que ocurrirá en la capital del país, se espera que con ello se garantice la disponibilidad de agua en los millones de hogares capitalinos, por ahora. Pero la crisis está aquí.
En contrapunto, numerosas ciudades mexicanas se inundan por las lluvias cada año, por lo que esta situación de ninguna manera es privativa de la capital, a la que se refieren los tres proyectos de arte contemporáneo que hemos comentado.
Valga este recuento para recordar someramente que podemos seguirnos distrayendo en las formas, pero los contenidos ahí están. Desde las artes insistimos se insiste que dejemos de mirar la punta del dedo, y miremos en dirección de lo que es apremiante y urgente, y exige la atención de todos.
Colaboración en Parnaso noticiero.
Sistema Zacatecano de Radio y Televisión.
25 de octubre 2018.
Fuentes de información.
Se me ocurre de hecho, traer a colación la obra de 52" de Silencio Teatro, donde Ramsés Figueroa revisita las acciones del estado en el despojo a la tribu Yaqui en Sonora, para asegurar el abastecimiento de agua en Hermosillo, a través de la experiencia de una mujer controversial dentro de la tribu. Creo que si la crisis del agua es inminente dentro de la ciudad; en las fuentes de agua que ha depredado ésta, es patente y tiene tiempo sucediendo. Y lo que hace Figueroa lo escenifica muy bien.
ResponderEliminarSe presentará justamente en la CDMX el 7 de noviembre - casi terminando el corte de agua - dentro de la Muestra Nacional de Teatro.
Que gusto que hayas retomado el blog.