Festivales Arte de la Tierra
El Arte de la Tierra –una forma en castellano para nombrar lo que comúnmente conocemos como Land Art- es una actividad en la cual las obras abandonan el marco del estudio de artista, la galería, el museo u otro entorno convencional del mercado cultural. El objeto de arte se desintegra y se convierte en una circunstancia, una particular disposición de elementos dispersos en el terreno, el cual hay que caminar para conocer. La exploración de la obra en el espacio coincide con el reconocimiento del ambiente que habita y habitamos. La experiencia estética se encuentra unida a un constructo humano, que es la intervención temporal del espacio natural a la intemperie, pero también conlleva el acercamiento ineludible a la naturaleza como objeto de acercamiento para la conciencia crítica.
Cooperación Sociedad y Arte (COSA A.C.) es una organización de artistas involucrados en la gestión cultural que han realizado una serie de festivales en Michoacán precisamente en las condiciones mencionadas más arriba. Se plantean impulsar la conciencia crítica sobe los lugares que habitamos, explorando las relaciones existentes entre arte, naturaleza y sociedad. Esto es particularmente importante, porque no buscan relacionar estos tres ámbitos: los reconocen como ya íntimamente unidos, diversas caras de una misma cosa, y su labor pretende descubrir cuáles son sus relaciones y características.
A COSA A.C. corresponde la autoría de los tres Festivales de Arte de la Tierra llevados a cabo en este estado, concretamente en el área del volcán Paricutín. Sus emisiones de años 2006, 2008 y 2011 congregaron colectivos artísticos mexicanos, artistas particulares nacionales y participaciones internacionales. Su trabajo consiste no sólo en la instalación de las intervenciones al espacio natural en diferentes puntos de la geografía circundante a los pueblos de Angahuan y San Juan Nuevo, sino en la gestión y organización de un programa de visitas y actividades que incluyen el traslado, la estadía y recorrido a través de la ruta artística trazada en cada caso. En lo que respecta para el 2011, el 3er Festival Arte de la Tierra se llevó a cabo en los días 5, 6 y 7 de mayo pasado. En su programa las actividades variaron desde tiempos de caminata por las obras, charlas con artistas participantes, ejercicios escénicos, proyecciones de videos de las emisiones anteriores del festival y un concierto de clausura.
El día 25 de mayo pasado, en el Museo del Estado (Morelia, Centro Histórico) se presentó el catálogo de una de las actividades realizadas por COSA A.C. en la ciudad de México durante el 2010. El Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM (Ciudad Universitaria, Circuito de Investigación) fue un espacio abierto a 12 intervenciones artísticas en el marco del festival Arte de la Tierra. Jardín Botánico. Reflexiones sobre el arte y la naturaleza. De esta forma, la reflexión artística acerca del entorno se vinculó con las ciencias (varias de las obras instaladas ahí partieron de conversaciones con investigadores del Instituto de Biología) para ofrecer, durante algún tiempo, montajes e instalaciones que pretendían ser evocadoras de conciencia acerca de la relación humana que entablamos con nuestro entorno.
Hubo participaciones michoacanas en el proyecto de la ciudad de México. Xerenkua/Nido (de Elizabeth Merchant, Ana Isabel Guillen y Kutsi Salas) tejieron e instalaron en un área del jardín tres nidos de tamaño humano unidos entre sí por tiras de semillas. La plantearon como una instalación transitable e interactiva. Su argumento: Naturaleza y Cultura se han considerado como dos ámbitos separados, pero actualmente corremos peligro de hacer desaparecer los recursos que garanticen nuestra supervivencia y reproducción. Debe aflorar, entonces, el papel que las mujeres han cumplido en la trasmisión del conocimiento desde sociedades tradicionales, logrando evitar el conflicto entre Naturaleza y Cultura. Las mujeres tejen con sus palabras las semillas que siembran en generaciones futuras; las semillas aluden a la relación con la Tierra como madre nutricia que provee lo necesario para la vida. Y los tres nidos representan tres generaciones: las abuelas, las madres y las hijas. Esta fue la única intervención en el Jardín Botánico que incluyó, en su reflexión sobre la naturaleza, una lectura de género unida al rescate de los saberes populares.
Ana Lourdes López y Cristhian Díaz, presentadores del catálogo en el Museo del Estado, participaron con un proyecto relacional titulado Resiliencia. Se trató no tanto de una intervención al espacio sino de una obra en proceso en la cual se hacía partícipe a la gente visitante a través de un ejercicio particular. La resiliencia, en Ecología, consiste en la capacidad de retorno al equilibrio en un sistema u organismo, luego de una perturbación sufrida. A través de largas caminatas por Morelia y Uruapan, reconocieron la existencia de árboles y plantas que emergen entre las fisuras de la loza de concreto. Su proyecto consistió en identificarles por especies (jacarandas, fresnos, pirules) y sustraerles de tales condiciones perturbadoras para dotarles de un mejor hábitat. Durante el Festival en el Jardín Botánico, llevaron los árboles resilientes rescatados al jardín. Contaban al público el objetivo del proyecto y entregaban árboles en adopción a las personas que se comprometieran a cuidarlos. Así, la experiencia artística relacionada con la naturaleza va más allá de las impresiones que “la obra” ejerce sobre nuestros sentidos, sino que el público salimos de la exposición con algo entre las manos: una criatura vegetal que, para su crecimiento y desarrollo, dependerá de nosotros.
Eloísa Mora, en su texto incluido en el catálogo ya mencionado, afirma que una práctica artística tiene la posibilidad de articular un pensamiento crítico desde un registro estético. Ello equivale a decir que nuestro criterio acerca de las cosas de la vida se forma también a través de las cosas que sentimos y experimentamos vitalmente. El arte es una de las múltiples puertas a cruzar para generar conocimiento sobre nosotros mismos y los lugares que habitamos, haciendo patente que el mundo no nos pertenece: nosotros le pertenecemos al mundo.
Publicado en el suplemento cultural Letras de Cambio
Diario Cambio de Michoacán
5 de junio 2011
Buen razonamiento, agregaría que la abundancia de arte de escasa "profundidad" que tenemos hoy en día es parte de una cultura superficial, una cultura de apariencias, poco contacto interpersonal, un tipo de vida de tipo delivery , en el que las cosas deben ser faciles y comodas para ser tenidas en cuenta.
ResponderEliminarSalduos