Paseo por una estética de la ciudad

Suben.
La urbe es el sitio donde se dan cita las multitudes. Los espacios públicos de una ciudad se encuentran habitados por centenares de objetos diferentes que le dan rostro y personalidad, así como también de los miles o millones de transeúntes que en nuestra cotidianidad realizamos nuestro ir y venir. La obra reunida bajo el título Gráfica Contemporánea, de Raúl Calderón Gordillo, que puede visitarse libremente en el lobby del Hotel Pórtico, prescinde de la multitudinaria presencia de nosotr@s, habitantes urban@s, para dejar a la vista en sus grabados sólo el mobiliario público y sus abstracciones. Que no es poco.
Parada 1.
Tal vez la obra que mejor concentre la intención del autor para esta muestra es Objeto urbano. Sobre un papel negro, una pequeña figura colocada en el centro; a primera vista puede parecer varias cosas: un cigoto, un planeta con su aureola, una estrella flotante en un medio oscuro. El contraste y la simpleza de la representación desconciertan, pero no pasa mucho tiempo antes de reconocer que es una luminaria pública. Mostrar la luz de esta manera constituye una abstracción: se borra el poste, la campana y hasta el foco, pero no la circunferencia, los reflejos propios del metal y los efectos estriados de la iluminación resultante. Raúl buscó, según comentó en conversación reciente, hacer una lectura poética de la ciudad y, en general, lo urbano.
Parada 2.
Ha vivido casi todos sus años en la ciudad de Morelia. Las referencias a este lugar no se esconden en las piezas; la masa oscura que protagoniza Mancha urbana corresponde más o menos fielmente a la forma que la antigua Valladolid muestra al verse desde el cielo. También esta forma puede confirmarse mediante un mapa general. La metáfora del término urbanístico para referirse a la extensión de una ciudad, aquí ha sido traducida literalmente, pero en un medio plástico. La mancha de tinta delinea y da cuerpo a la imagen de la ciudad.
Parada 3.
Un boleto del transporte colectivo es una hojilla de papel fácilmente desdeñable. El primer bote de basura disponible es el destino de ese boleto, en caso de que no lo olvidemos en el fondo del bolsillo…para desecharlo después. En Rutas urbanas, aparece uno de color azul en que, debajo del número 394, se puede leer “conserve este boleto, es su seguro de viajero.” Llevando esta recomendación a un extremo, ese pequeño documento se ha conservado en un grabado mediante una transferencia (transfer, dice la jerga terminológica). Pequeños objetos como esos acompañan a sus portadores durante los diferentes trayectos que haya menester durante el día. La cartografía citadina reaparece en esta obra de manera mejor figurada, aunque no del todo: bien visto, lo que pareciera un mapa es en realidad un conjunto de líneas que dibujan ninguna calle o carretera, lo que aparentaba ser follaje de árboles verdaderamente son sólo manchas, aparecen símbolos de Norte apuntando en distintas direcciones. Un boleto es como una llave que abre la puerta hacia un recorrido por la ciudad, es un símbolo de nuestra “libertad de tránsito”.
Parada 4.
Guadalupe Hidalgo y Virgen libertaria son piezas que Raúl Calderón realizó para participar de la 12ª Bienal Guadalupana del año 2007. Esta exposición es organizada por un conjunto de artistas que lanzan convocatoria para exponer obra artística con el tema de la virgen. En la primera, el uso de la cartografía es mucho más evidente, pero comparte escena con la sobreimpresión tenue de la virgen con el niño, flanqueada por dos ángeles y dos grupos de personas que se arrodillan a sus pies. En la segunda, la virgen de Guadalupe, tal como aparece en el estandarte del independentista Miguel Hidalgo, sobrepuesta al emblema nacional del águila postrada sobre un nopal, devorando una serpiente y coronada con un gorro frigio.
Muchas poblaciones de nuestro país conjuntan, en su nomenclatura, una voz indígena y otra religiosa, católica: San Jerónimo Purenchécuaro, por ejemplo. Además, la conjunción de elementos pertenecientes a los pueblos originarios de México y la tradición católica, también se encuentra presente en momentos muy específicos de la historia de esta nación: la Independencia fue liderada, aparte de los militares, por curas que sostenían un estandarte con una virgen local y unos Sentimientos de la Nación en cuyos primeros artículos se promulgaba que la católica es la única y verdadera religión para esta tierra independiente. Hoy día, la confusa línea divisoria entre Estado e Iglesia nos da más que dolores de cabeza a algun@s ciudadan@s, es innegable la huella que en nuestra cultura nacional han impreso la religión y el nacionalismo, y ello se nota en las calles, los edificios, los emblemas patrios.
Parada 5.
Los documentos de identidad cumplen la función de dar fe que una persona es quien dice ser, con nombre y apellido. Los elementos que otorgan validez a estos documentos son muy precisos y, conociéndolos, se pueden romper punto por punto. Identidad falsa es un documento inválido que ya no pertenece a su soporte original, tiene tachaduras y enmendaduras, roturas y faltantes, rayaduras, agregados innecesarios (un acta de nacimiento nunca lleva una foto y menos en color rojo) y datos provenientes de otros documentos, como el código de un pasaporte. El nombre, las fechas y firmas no han sido alteradas, todo pertenece a la misma persona (el autor) pero la invalidación del documento ha sido meticulosa y perfectamente individual, falseando la propia identidad pero sin otorgarse otra nueva.
Parada 6.
Hay una obra que, a la distancia, asemeja una versión ampliada de los códices de Leonardo Da Vinci, aquellos en los que se ven cortes anatómicos, dibujos y bocetos, esquemas, notas al margen y planos constructivos. Pero una vez más, la cercanía resuelve muchas incertidumbres: en Trazos urbanos, lo que parecía el corte de un globo ocular, muestra más concretamente la traza del estadio olímpico de Ciudad Universitaria de la UNAM. Hay ángulos, esquemas de sustratos de suelo, dibujos sencillos, cálculos complicados. Explicar el proceso a partir del cual Calderón Gordillo incorpora a su grabado el plano en que se proyecta el estadio universitario, aquí ya no cabe. Baste con compartir que se trata de una obra que conjunta este tipo de apropiaciones con intervenciones bien calculadas por el autor: la apariencia antigua no es azarosa, las tenues diagonales que atraviesan el papel y las zonas de manchas fueron enteramente premeditadas, la inclusión del texto “Tiempos de obra” no sólo refiere a los tiempos de entrega de la construcción ingenieril, sino también a los momentos de confección de cada grabado, la maduración en cada idea, la “edificación” que representa cada trabajo.
Bajan.
Publicado en el suplemento Letras de Cambio
Diario Cambio de Michoacán
31 de enero de 2010
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