FIL Guadalajara 2018


Hace apenas unos días que concluyó la edición 2018 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. La primera vez que fui a conocerla fue hace 14 años, cuando aún no ejercía alguna profesión y no estaba tan despierto a los detalles. 

Tuve la oportunidad de recorrerla, con calma y tiempo suficiente, en su último fin de semana. Y quiero contarles algunas cosas. 

Tal vez pocas personas de nuestro público sepa que lo más importante de la FIL, en términos de industria editorial, ocurre en los primeros tres días, incluso cuando hay algunos stands de editoriales que aún no terminan de colocar sus libros en las estanterías. En los pasillos del área internacional y las oficinas que esos stands ocultan en sus techos, a manera de terrazas, ocurren negociaciones e intercambio de derechos, así como ocurre de manera vertiginosa y con agendas de formalidad casi británica en el llamado Salón de Derechos. Al adquirir una mesa en este espacio un editor puede formar parte de la mejor plataforma para la negociación de derechos de Iberoamérica. Es un espacio cómodo, privado e ideal para citas de negocios, lo que permite tener contacto con editoriales y agencias de mas de 30 países para promover tus títulos o adquirir nuevas publicaciones. 

La FIL puede auxiliar con recomendaciones de contactos para localizar las empresas con más potencial de acuerdo a necesidades de una iniciativa editorial. Además, la participación en el Salón de Derechos de FIL Guadalajara brinda difusión con agentes de derechos, editores, scouts literarios e instituciones internacionales de América, Asia y Europa. 

Solemos pensar que una Feria del Libro consiste en reunir a distribuidores y editoriales en un solo sitio para que vendan libros al público. Pero no. Eso es una cosa básica, pero el impacto de una Feria no se mide por la cantidad de libros que vendieron los minoristas al público, de mano a mano. Sino en la manera en que la Feria genera intercambios culturales a través de publicaciones, en un sentido que excede la noción del libro. 

La FIL además es un foro de intercambio cultural a diferentes niveles. Se realizan cuando menos 9 premios y homenajes oficiales, sin contar lo que algunas otras organizaciones entregan dentro del programa general. Ocurren cantidad de coloquios, foros y seminarios: el Encuentro Internacional de Cuentistas, Encuentro de Crónica, de Novela Negra, un Salón de Poesía, un Encuentro de Literatura en Lenguas Originarias de América, el Encuentro Internacional de Humanistas, Encuentro Internacional de Periodismo, un Foro de Periodismo Cultural, otro Internacional de Caricatura e Historieta, un Coloquio sobre desaparición de personas, el Coloquio Internacional de Cultura Científica… en fin. 

Que el grueso de los visitantes a la Feria recorre sus pasillos en busca de libros y oportunidades. Pero apartados de esa algarabía que se parece más al Centro Comercial que a una librería, en los salones del Centro de Convenciones, ocurren foros abiertos donde profesionales de diferentes disciplinas comparten y piensan sobre nuestras sociedades y su hacer. De nuevo, el impacto de la FIL no se mide por lo que los libreros vendieron, sino por la capacidad de amalgamar en un solo lugar a instituciones, organizaciones y profesionales en el desarrollo del conocimiento y la creatividad. 

Pienso todo esto, atendiendo a las ferias de libro y la lectura que hemos comentado aquí. La Feria de Michoacán es prácticamente un tianguis de libros con algunas presentaciones programadas y nada más. La Feria de Zacatecas este año tuvo un coloquio sobre la presencia francesa en el estado, y procuró la realización de conversatorios y conferencias. Aguascalientes ha procurado renovarse, fortaleciendo las facilidades que prestan para que el público se desplace a la feria, los sellos editoriales coloquen sus stands sin acudir a intermediarios y promoviendo el Festival de Literatura Fantástica y Ciencia Ficción Spatium. Pienso que este último caso refleja mejor la manera en que en los estados se ha entendido la función de una Feria de Libro y por tanto la manera de asumir su posición estratégica, de cara al público, sí, pero de cara a la industria editorial, cultural y científica a la cual se debe. 

Y ojo, no es cosa de presupuesto, no organizan mejores ferias los estados que tienen más dinero, sino quienes aprovechan mejor sus agendas de contacto. 

Colaboración en el noticiero cultural Parnaso, del Sistema Zacatecano de Radio y Televisión
Fecha: 5 de diciembre 2018

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