Simposio Internacional de Escultura en Cantera Gris, Tacámbaro
Ars longa. El arte dura. Esto se contrapone a la prerrogativa del arte contemporáneo que consiste en trabajar sobre lo transitorio y en condiciones efímeras. La obra es proceso, el resultado corruptible, el tema cotidiano, corta la duración, azaroso el destino. Pero no a todos los artistas sucede; más aún si su materia de trabajo es la piedra, que habita el mundo mucho antes que nosotros y nos sobrevive por centurias. La permanencia de la obra se convierte en legado y, luego, patrimonio. Así una escultura puede ser anclaje de identidad, marcando (casi) permanentemente la vida cultural de un pueblo concreto.
Del 22 al 27 de abril 2013 se realizó el Primer Simposio Internacional de Escultura en Cantera Gris, en Tacámbaro, Michoacán. Cuatro escultores fueron invitados a residir en la localidad durante estos días para trabajar con sendos bloques de cantera gris: tres de 1.20 metros cúbicos y una más oblonga de dos metros de altura. Con un horario extenuante de trabajo continuo en el Parque Recreativo Ecológico “Cerro Hueco”, las obras fueron presentadas al sexto día gracias al apoyo y asistencia de un conjunto de estudiantes de escultura de la Facultad de Artes de la Universidad Michoacana, que participaron en la realización de las piezas.
Prisciliano Jiménez, artista y promotor de toda la actividad, aclaró a la prensa local que “un simposio es un evento en que los expertos o los artistas, como en este caso, aportan sus conocimientos y su trabajo, y el organizador se compromete a proporcionar los materiales, las herramientas, el espacio y las condiciones para que puedan desarrollar su trabajo. En este caso, las obras que produzcan los artistas quedarán como patrimonio para Tacámbaro…” Los expertos convocados fueron Ryuichi Yahagi y Masafumi Hosumi, originarios de Japón y residentes en México; así también Ivonne Reyes y Xicoténcatl Rivero, que viajaron desde Tlacotalpan (Veracruz) y el Estado de México.
Fue una semana en la que el trabajo de taller se trasladó a la intemperie, a un sitio de acceso público a las afueras del pueblo, donde la gente asiste normalmente para hacer ejercicio, respirar un poco y estar en el campo. No es infrecuente que el mismo Cerro Hueco, desde el cual se aprecia una panorámica de las tierras bajas (no es una metáfora que a Tacámbaro se le llame “balcón de Tierra Caliente”), sea un sitio de contemplación y estancia en un ambiente natural. La gente viene aquí a estar. Y la disciplina de la escultura mucho tiene que ver con este mismo espíritu.
Masafumi Hosumi mencionó en varias ocasiones que los maestros de escultura son las piedras: enseñan de la tierra, de uno mismo, del material –cómo entrar y salir, cómo no es posible, y qué se puede hacer en una situación determinada. “Las piedras son amor”, también historia y familia. Ryuichi Yahagi compartió, durante un ciclo de charlas y presentación pública de portafolios en el Centro Cultural Amalia Solórzano, que mientras trabaja en la piedra se olvida de las preocupaciones del momento, y se dedica a pensar en otras cosas. Y esto es una paradoja: abandonarse a una actividad física y material, totalmente localizada y con exigencias propias, para al mismo tiempo abordar todo lo que no sucede en ese lugar y momento. Estas expresiones, junto con la pragmática de la práctica escultórica, nutren de temas y circunstancias de análisis a la investigación estética. Pero sobre todo, la escultura es una experiencia personal, humana, que abarca tanto su producción como su vivencia en el ambiente destinatario.
Ante la perspectiva de una obra por hacer durante un periodo determinado, se hacen planes. Bocetos, expectativas, previsiones; se requiere de herramientas adecuadas y el número justo de personas para terminar a tiempo una escultura de buena factura. Pero los pesados martillos, los cinceles, máquinas cortadoras con discos de diamante (con y sin brida interior), copas y conos abrasivos no son suficientes para garantizar demasiada fluidez al trabajar; sobre todo ante una cantera que se presumía relativamente suave, revelándose dura y reacia a ceder ante los golpes, desbastes y bocetos previos.
Los ajustes son necesarios, involucrando intuición y adaptabilidad al material y al paso de los días; la apertura a las sugerencias del clima, de la naturaleza en general, compañeros escultores incluidos, determinan el buen fin de una semana de energía invertida, cansancio y afecto desplegado. Ivonne Rivero germinó su proyecto en cerámica desde Tlacotalpan y encontró que debía adaptarse: labrar la piedra, como se hace con la tierra, para lograr su proyecto. Xicoténcatl aceptó la disposición de la piedra que las mismas circunstancias produjeron: recostada sobre uno de sus bordes, ofrece tres caras al sol durante todo el día. Respetó el volumen del cubo, dibujando discos pulimentados en línea con su producción vinculada a tradiciones nahuas.
Al final, Tacámbaro se hace de cinco obras alineadas involuntariamente, secretamente vinculadas en su diversidad por las coincidencias de cuatro trayectorias reunidas en el Simposio. Una semilla (Origen, de Ivonne Reyes) que germina, un Reloj Solar (Xicoténcatl Rivero) que le aporta luz, una flor (De la serie Flores, Ryuichi Yahagi) de copa suave, y El nido gris de Tacámbaro (Masafumi Hosumi) dedicado a la migración de aves y personas por el mundo; migración que hizo posible la estancia de estos autores durante el Simposio. Una Piedra de Tlacuilo se integra a este conjunto por obra de Miguel Rincón Pasaye, Alfonso Mata, Gerardo Medina y Manuel Ferreira, quienes circunstancialmente hallaron su participación dentro del simposio con la quinta cantera que estaba disponible entre los materiales.
Es deseable que el Simposio Internacional de Escultura en Cantera Gris de Tacámbaro tenga continuidad, así como también que se cuente con un jardín escultórico que se forme con este acervo, enriqueciéndose con obras porvenir de otras emisiones del Simposio. Esta parte de Michoacán es tierra fértil no sólo para la producción de aguacate. Emerge aquí una cultura artística relevante.
Publicado en el suplemento cultural Letras de Cambio
Diario Cambio de Michoacán
4 de mayo 2013
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