Bienal Zalce. Consideraciones.
Accidente en Xola y Uxmal, de Luis Carlos Hernández Hurtado; Alarido, de Fermando Motilla; y En la combi, de Juan Paulín. Obras de la 7a Bienal Nacional de Pintura y Grabado "Alfredo Zalce" 2009.
Inicio esta participación deseando que a todas las lectoras de este espacio el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer (o más precisamente, de las Mujeres), les haya sido de mucha dignidad, respeto y sobre todo orgullo. Las felicitaciones, personalmente, quedan sobrando.
El día siguiente a esa efeméride, miércoles 9 de marzo, se presentó en el Museo de Arte Contemporáneo “Alfredo Zalce” (MACAZ) el catálogo de la Séptima Bienal Nacional de Pintura y Grabado “Alfredo Zalce”, cuya mesa de presentación tuve oportunidad de moderar gracias a la invitación de su actual directora Andrea Silva Cadena. Además de la participación de la directora, tuvimos la compañía de Ioulia Akhmadeeva Volochina, artista gráfica originaria de Rusia y radicada en nuestro estado, que en la edición 2009 de dicha Bienal obtuvo mención honorífica por su obra 3-5-14-23 (Híbrido). Una obra trabajada en placa de cobre, litografía y acuarela que, en realidad, es una extensión de una obra anteriormente presentada y premiada en el Encuentro de Pintura y Estampa “Efraín Vargas”, el cual es otro de los certámenes que en Michoacán se realizan con el fin de afianzar la promoción artística por vías gubernamentales.
La Séptima Bienal Alfredo Zalce de 2009 fue particularmente especial pues el certamen incluyó el esfuerzo de los organizadores no sólo de aumentar el monto de los premios únicos de adquisición, uno por cada disciplina –pintura y grabado- sino por ampliar el número de menciones honoríficas: siete para la categoría de pintura, seis para la de grabado. Lo cual tuvo el sentido de reconocer de forma extendida las propuestas destacables por diferentes motivos.
Argelia Castillo, crítica de arte y jurado durante la Bienal, destaca en el texto del catálogo los aspectos considerados para la selección y premiación de las obras; cita que Andrea Silva destacó en su participación el pasado miércoles: “[…] los criterios de selección y premiación de las obras participantes se basaron en el rigor de las propuestas, anclado en el aspecto de la calidad y en el de la suscripción a los discursos plásticos contemporáneos, esto es, en la buen factura entendida no como ejercicio de virtuosismos o preciosismos, sino como la idoneidad en el manejo de la técnica y la capacidad de la forma para portar o generar sentidos.”
Esa cita es significativa pues en este recurso aleja las consideraciones de la calidad de aspectos subjetivos para basarlos en, efectivamente, la idoneidad del manejo técnico de los materiales para manifestar contenidos estéticos; la adecuación del trabajo matérico para develar gestos, o para expresar una realidad cotidiana y popular que nos involucra a todos y todas como público, o exclusivamente a la realidad de los autores y autoras. Aquí cabe arrojar algunas preguntas acerca de la calidad: ¿se puede hablar, en cualquier aspecto de la vida o el trabajo artístico, de buena calidad frente a mala calidad? ¿O en realidad debe hablarse más claramente en términos de que hay calidad o no la hay? ¿De qué depende? ¿Del virtuosismo técnico? ¿Del contenido poético que resulta evocador aunque los aspectos técnicos de las obras tengan sus “detalles” o posibles mejoras? ¿De lo claro o hermético que resulta el contenido de una pintura o un grabado? Porque en las obras que pueden apreciarse en el catálogo se advierten diversas aristas de todas estas preguntas. Lo cierto es que todas las obras incluidas, sin excepción, resultaron destacables a los ojos del jurado (Argelia Castillo, Laura de la Mora, Luis Rius Caso) de entre las más de 1000 obras propuestas a la convocatoria de la Bienal.
Las mismas consideraciones que dicho jurado elaboró sobre las obras ganadoras y con mención honorífica pueden ser objeto de comentario. Diferencias, si así pueden llamarse. Una que me permití mencionar brevemente aquella noche de presentación del catálogo trata sobre el carácter hiperrealista de la obra ganadora en la categoría de pintura: Accidente en Xola y Uxmal de Luis Carlos Hernández Hurtado, de México DF. Esta escena descrita como una mirada a un accidente automovilístico entre las calles que se nombran en el título, muestra un aspecto de verosimilitud indudable: parece una fotografía por la cantidad de detalles producidos por el trabajo del pincel y por el grado de realidad que ofrecen en las superficies del asfalto, los brillos en los coches, las posturas corporales de las personas sobre la calle alrededor de un sujeto atropellado a medio arrollo.
Hiperrealista, efectivamente, fue el carácter que los jurados y la directora del MACAZ destacaron sobre esta obra. Y sin embargo no puede negarse que el recurso principal en toda la superficie pictórica de dicha obra es la mancha. Acaso puede aventurarse que el carácter de Accidente en Xola y Uxmal se acerca más al impresionismo por la capacidad de arrojar a nuestra mirada una imagen que parece completa a simple vista, pero más de cerca se aprecia la descomposición de los elementos a partir de trazos simples y poco definidos individualmente. Esta pintura no muestra las impresiones inmediatas del pintor ante la escena, cosa que define particularmente al impresionismo como corriente estética, pero sí confronta al público con la simulación de una imagen verosímil compuesta en realidad por efectos ópticos dominados por el autor. Este hiperrealismo que se aduce a la obra que comento es decididamente diferente al que se aprecia en Alarido de Fernando Motilla, también presente en el catálogo, en cuya superficie el trazo del pincel no se nota: un rostro femenino de pálida faz y labios encendidos abre sus ojos y la boca hacia el frente en actitud levemente tensa, pero sugerentemente expresiva.
De la misma forma, según recuerdo alguien me comentó, la observación de una de los jurados frente a la pintura En la combi de Juan Paulín fue que ésta remitía directamente a las formas y recursos de El Bosco. Es un recuerdo vago, subjetivo, pero se dio a lugar durante la exposición en el 2009. Ante ello, la contrapropuesta puede consistir en inscribir dicha pintura más concretamente en la estética reconocida a Tim Burton, una referencia más cercana a la realidad de Paulín que del neerlandés Hieronymus Bosch (1450-1516).
Es así que este catálogo, al igual que la exposición retrospectiva de las siete Bienales Alfredo Zalce que abrió sus puertas esa misma noche de miércoles, genera una oportunidad excelente para la reflexión, el diálogo y el debate en torno a las artes pictóricas y gráficas de México, que esperemos se dé en el transcurso de los próximos meses.
Publicado en el suplemento Letras de Cambio.
Diario Cambio de Michoacán.
13 de marzo 2011
Hola Juan Carlos, fue un gusto de conocerte en persona, me parecen bien tus comentarios y objetivos, solo que no fui premiada en Efrain Vargas, solo seleccionada, y me gustaria leer mas tus comentarios sobre la obra en lugar de solo sobre mis datos biograficos. Que bueno que en Morelia por fin hay un critico de arte, independiente y profesional. Atte, Ioulia Akhmadeeva
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