Arte acción en la piscina

Aspecto del Espacio Experimental "La Alberca", el 7 de abril 2010

El número 81 de la calle Juan Ruiz de Alarcón, en Santa María de Guido, alberga desde el pasado 7 de abril el Espacio Experimental “La Alberca”. Esa casa tiene como elemento organizador un pasillo que corre en medio de accesos a pequeños departamentos que son actualmente usados como talleres de artesanos y artistas. Es el caso para el ceramista Víctor del Castillo, el carpintero Carlos Canela y Ángel Pahuamba, pintor. El primer taller de ese pasillo es el Taller de Gráfica Contemporánea “La Pezuña” de Raúl Calderón Gordillo, artista gráfico y gestor cultural, a quien la iniciativa del Espacio “La Alberca” le corresponde.
Al final del pasillo de la casa se encuentra un área abierta con una piscina bastante gastada por dentro, pero que conserva su forma y el azulejo original. Los muros alrededor de ésta se limpiaron y aplanaron para recibir pintura mural de tipo grafiti a cargo del Colectivo CMYKlica. Personajes que combinan la apariencia de monstruos caricaturescos envueltos de un paisaje natural, verde, cielo azul, nubes, árboles frutales… todo asemeja a un ambiente de dulce e inocencia que toma un tono enrarecido por simulaciones de mucosas, superficies espinosas y gorras pertenecientes a los atuendos urbanos que en varios grupos de jóvenes pueden notarse hoy día.
Quien hiciera caso del título de la invitación que estuvo circulando vía internet (La Práctica del Performance. Historia, Artistas y Procesos) se encontraría con todo menos una presentación formal de lo que en dicho título se propone. En su lugar, se realizó una presentación informal de casi todo: el montaje de los materiales, los equipos, los procesos de trabajo, la limpieza, preparación de los espacios de presentación.
De acuerdo con Raúl Calderón, la intención desde un inicio fue dejar manifiesto el “accionar” de la actividad. La cita se programó para las 5 de la tarde, hora en que las actividades de montaje y preparación se iniciaron. Sería inadecuado afirmar que todo el evento fue un gran performance; en cambio, es más acertado comprender la apertura de este espacio como una serie de acciones claramente expuestas. A diferencia de los eventos usuales, donde ciertos elementos se realizan fuera de toda visión de los asistentes (la instalación del equipo de sonido y video, la iluminación, la ambientación con pintura mural, la colocación de la escenografía), en este caso se optó por convocar al público en un horario donde todo este montaje fuera visible. La idea central fue el “arte acción”, género artístico que, a partir del texto Sistemas de significación que se mueven de Víctor Muñóz (www.victormuñoz.net), puede comprenderse de la siguiente manera.
Se trata de un género artístico donde se realizan acciones, no narrativas sino poéticas, que un artista ejecuta frente a un público. El (o la) artista no representa un papel de personaje, sino que el cuerpo del ejecutor es el medio de expresión del mensaje. Se utilizan objetos, proyecciones de video o imagen, generalmente no se recurre al lenguaje hablado, se puede acompañar de música o arte sonoro. “Repetidamente, los sucesos del arte acción rompen la cadena de coherencia significativa provocando confusión y desconexiones que el público se ve obligado a reconectar en la medida de sus posibilidades y de la simpleza o complejidad del planteamiento. Este mecanismo de reconexión permite el desarrollo de diversas posibilidades de construcción de sentido.” Valga como ejemplo que el pintor Arturo Rivera recuerda, no sin cierto arrepentimiento, que durante los años setentas realizó una acción en la ciudad de México consistente en romper un lienzo (con su bastidor) sobre la acera para simbolizar el fin o muerte de la pintura. Hoy día es reconocido como uno de los exponentes principales de la pintura en México. Vaya contraste.
Víctor Muñoz es un artista e investigador mexicano nacido en 1948, involucrado durante los años setenta con el movimiento de los grupos artístico de trabajo colectivo, particularmente con el llamado Grupo Proceso Pentágono (GPP), en el cual colaboró con José Antonio Hernández, Carlos Finck, Felipe Ehrenberg, entre otr@s, y cuyas temáticas se concentraron en los ejercicios de la tortura, represión y desaparición de personas por motivos políticos en México y América Latina. A su vez, ha desarrollado trabajos de investigación que no tienen que ver con el arte acción, tal como sucede con La pasión y el principio, en el que estudia la obra y vida del pintor Saturnino Herrán, artista mexicano previo al desarrollo a ultranza del nacionalismo en nuestro país a principios del siglo XX. Este contraste en sus ocupaciones, según pudo compartir la noche del 7 de abril, proviene del interés de estudiar las primeras dos décadas y las últimas tres del arte en México en el siglo XX, para manifestar las diferencias internas del sistema del arte durante ese siglo, y de esa manera demostrar y fundamentar las formas tan otras de hacer arte con el transcurrir del tiempo.

Víctor Muñoz en charla informal en el espacio.

Este artista e investigador de la Universidad Autónoma deMéxico (UAM) Xochimilco estuvo presente en la apertura del espacio La Alberca ofreciendo una charla informal sobre ciertos hitos artísticos del siglo XX que permiten comprender la aparición del arte acción o arte procesual (en oposición al arte objetual) en el sistema del arte. A su vez, Richard Martel, artista del performance originario de Quebec, proyectó sobre una de las paredes un par de performances que realizó en Montevideo y La Habana en diferentes momentos de su trayectoria. Posterior a esta exhibición, el grupo Viernes Roza presentó un performance con el título El suicidio de la memoria. Cinco jóvenes vestidos de negro se introducían uno a uno en el área de la piscina, en la que en una de las paredes interiores se encontraban adheridas fotografías, carteles, tarjetas y otros objetos, que ell@s iban arrancando uno a uno mientras un sonido disonante (semejante a los tornos de los cerrajeros mientras reproducen una llave) envolvía el ambiente. 
De este performance, Richard Martel expresó para la presa el día 9 de abril: “vi una acción que está más al nivel del teatro que del performance y nosotros trabajamos desde hace muchos años en crear una disciplina del performance que no necesita del teatro, que no necesita de la danza.” Víctor Muñoz sostiene, en el texto ya referido, que el arte acción no es teatro ni debería parecerlo. Cierta es la dificultad para encontrar propuestas consolidadas de este tipo de arte en un estado (como Michoacán) donde los referentes del arte no objetual, procesual, son escasos. Esto hace que las propuestas de performance actuales deban ser vistas como ensayos valiosos por incipientes, emergentes y propositivos; sin embargo esto no es suficiente. Se cuenta actualmente con exponentes mejor consolidados en el arte acción como el grupo Perras de Museo o, si buscamos propuestas menos jóvenes, varias obras de Ricardo Zambrano, quien se concentra más en el género de la instalación pero que ha realizado acciones en la ciudad de Morelia desde los años ochenta.
El Espacio Experimental “La Alberca” se encuentra abierto a las propuestas de personas que, más que gozar de una grossa trayectoria, proponen proyectos viables y significativos. Lo más importante que sucedió esa noche del 7 de abril fue la apertura del espacio. Lo mejor de esa piscina, esperemos, está por venir.

Publicado en el suplemento Letras de Cambio
Diario Cambio de Michoacán
11 de abril 2010

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