ISHAM. Soñar un sueño.

Aspecto de la muestra Crea Soñando a Corazón Abierto; al centro, obra de Kaly Ferreira y Juan Torres; a la derecha, obra de Francisco Rodríguez Oñate.

Un sueño colectivo produce, o es producido por, una sincronía compartida por un conjunto de personas. Es especial porque reúne una parte de cada persona y les refleja a través de sus rasgos comunes, pero aportando desde la diferencia, la diversidad y la individualidad. Un sueño colectivo debe ser soñado por muchas mentes y emotividades, así adquiere efectividad y personalidad; difunde ese poder tectónico que tienen los afectos, interviniendo la vida de quien se encuentra cerca. Si este sueño es de paz, armonía y equilibrio, un conjunto de personas se prestan para construirle en un mundo donde la violencia se encuentra instalada. Todas las manifestaciones de la no-violencia, por tanto, se encuentran siempre por instalar, continuamente en situación de emergencia.
ISHAM Arte Consciente es una agrupación proveniente de comunidades meditacionistas como la de los Ishayas del Camino Brillante. Esta comunidad internacional, cuya ideología y formas de proceder comparten rasgos con el pensamiento y espiritualidad orientalistas, ofrece, de manera general, técnicas de meditación simples que permiten “ir más allá del caos de la mente, y adentrarte en una experiencia perfecta de paz, alegría simple y un potencial creativo ilimitado”, según puede leerse en sitios electrónicos sobre los Ishayas.
ISHAM es, particularmente, una iniciativa de Siddhartha Ishaya e Indrananda Ishaya (cuyo nombre adoptan al integrarse a esta comunidad), los cuales idearon la importancia de poner en práctica una actividad cultural que involucrara la difusión de este pensamiento pacificador del alma con el quehacer de artistas que prestaran sus estéticas particulares al servicio del mensaje de paz, armonía y autoconocimiento.
La muestra que hoy comento, de título Crea soñando a corazón abierto, se forma de dos partes; separa claramente el mensaje de ISHAM a través de 5 esculturas de fibra de vidrio, cuyo sentido es despertar en el público las reacciones orgánicas y afectivas que nos inciten a una expansión de conciencia, a una ascensión humana, una evolución –de esas que suceden en un instante, no de las que llevan generaciones y cientos de años para realizarse. Cada escultura, según puede leerse en los abundantes textos de pared, pretende despertar un sentimiento en particular. Con el corazón abierto “tiene el propósito de comunicarnos la opción de elegir por una vida en confianza, en libertad de expresión.” Camino brillante “fue creada para despertar el deseo de viajar hacia tu interior: lugar de infinita paz, creatividad, gozo y sabiduría.” Equilibrio “manifiesta la perfección de la vida, moviéndose siempre en equilibrio hacia una mayor expansión y evolución.” Hombre eterno, “nos recuerda la parte humana y la parte divina moviéndose en armonía siempre hacia una expansión de la consciencia […] evoca la inseparabilidad de lo interno y lo externo.” Mujer eterna, “es la fertilidad siempre constante de la Madre Divina. Esta obra nos remite al sustento nutritivo de la creación para expandir la vida en todas sus expresiones.” Orden divino, “tiene como objetivo recordarnos el orden en que las leyes de la creación funcionan, para mantener el juego de la vida operando en perfección […] Recordar el orden que mantiene la creación nos llena de confianza y nos da la certeza de que todo apoya nuestro despertar.”
Por sobre la superficie de cada escultura, corrieron los pinceles o intervenciones que realizaron artistas jóvenes, medianos y mayores. Cabe preguntarse: ¿quiénes optaron por adaptar su forma de trabajo a la superficie de los volúmenes? ¿Quiénes optaron por salirse de sus esquemas y generar algo nuevo, lateral a su propuesta estética, para generar un mensaje de paz o hacer resonancia con el símbolo subyacente a su intervención?
Me permití sugerir al escultor (Siddhartha Ishaya) el término trasncolectiva para definir el carácter de esta colección –que ISHAM ha sabido llevar con estrategias de difusión muy hábiles-, pues la muestra que conjunta propuestas estéticas tan diversas adaptadas a los soportes escultóricos, traza el corpus de obra condensando la autoría de cada expositor(a) por sobre la línea base que constituyen las figuras elaboradas por Siddhartha. De esta forma, hay un hilo que atraviesa cada propuesta individual y la hilvana con el resto, como cuando se elabora un collar con cuentas distintas entre sí en un arreglo simbólico y organizado formalmente.
El documental que se proyecta en la sala documenta testimonios de algunos participantes en la muestra. Kitzia González habla sobre su trabajo con el corazón que le tocó intervenir, en el que hizo una alegoría con su propio corazón. Nadia Nucico manifiesta la idea de que “yo soy un medio”, el transporte de un mensaje que puede captar el público al ver su trabajo. Armando Carreño comparte los motivos de su participación, entre los cuales se cuentan el cariño y el afecto por compartir su trabajo con el público, en su caso haciendo una metáfora de la conformación de una vida, el sueño tecnológico de la gestación de un infante, un cyborg humanoide, por sobre la escultura Orden divino. Ángel Pahuamba, Kaly Ferreira, Rafael Flores, Francisco Rodríguez Oñate e integrantes de ISHAM aparecen en este video cuya realización se encuentra bien realizada cinematográficamente.
No hay que perder oportunidad para mencionar que, en el contexto de las últimas exposiciones de artistas michoacanos realizadas recientemente en los centros de cultura más relevantes del estado, se aprecia que la lectura de las propuestas artísticas particulares se supedita generalmente a otro eje (como el Centenario y Bicentenarios pasados, o los mensajes de paz presentes), quedando las estéticas de los artistas en un plano que se antoja (desafortunadamente) secundario. Es por ello que esta muestra puede ser cuestionada respecto a su montaje en el Centro Cultural Clavijero, pues han habido propuestas de exhibición con obra de artistas mexicanos (locales o foráneos) que no se han realizado porque a dicho recinto se le aduce una vocación distinta a la promoción de las artes locales. Por tanto, en el terreno del estudio y difusión del arte de nuestra región hay mucho por hacer.

Publicado en el suplemento Letras de Cambio.
Diario Cambio de Michoacán.
3 de abril 2011

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